Íntimas miradas

Acogedora nostalgia de momentos inolvidables,

difuminándose en el ayer, lo ya vivido;

llevándonos de la mano a vivencias que piden paso,

uniendo susurros a dulzura, 

a renovadas ilusiones por compartir,

a placeres gozados a la luz de la luna,

a corazones que palpitan dejándose espacio,

llenando de amor nuestra esencia.

Me pierdo en la profundidad de tu mirada,

donde soy yo misma,

donde amar no es una palabra,

es un hecho, una acción,

un espejo, un compartir,

un anhelo, un deseo hecho realidad,

donde un abrazo es pura ternura,

donde al amor, no tiene principio ni fin.

La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

Espuma de mar

Gotas saladas que rocían mi cara

acariciando el recuerdo

de idas y venidas,

de acompañados tiempos pasados

ahora casi olvidados,

en los que tú sólo eres niebla

y ante mi se extiende el ahora infinito

como el horizonte del mar en calma.

Rocío frío que sacude y despierta,

fiel compañera, guardiana de secretos,

íntimos pensamientos y desvelos,

amorosa compañera en silencio,

mano tendida durante la marejada de la vida

que acuna con sus largos abrazos salados

dejando paso al relajante sosiego

que lleva a la placentera mirada al alma.

Espuma salobre que rocía mi rostro,

recordándome que soy una,

que estoy viva,

que soy quién quiera ser,

que está en mi manos elegir

cuál es mi destino,

qué camino he de vivir,

cómo ha de ser, mi vida.

La fotografía es mía.

El viaje

Elena está mirando el mar turquesa y cristalino a través del ojo de la ventana, cuando por el altavoz suena el último aviso para desembarcar. Revisa la maleta, no falta nada. Ya ha metido el ordenador, la ropa, la cámara de las fotos, los recuerdos... ¿El móvil? En la mano, menos mal. Está esperando una llamada muy especial.

Sale al pasillo donde se reencuentra con otros pasajeros. Canturrea la música suave de fondo que envuelve y aligera la espera. El sol reverbera sobre el suelo blanco y azul marino. A su izquierda unos niños corretean y juegan a esconderse entre las hamacas y tumbonas de la cubierta; otro grupo, está intercambiando sus teléfonos y correos; a la derecha, una familia repasa una vez más todo lo que quieren hacer antes de bajar a puerto.

Decide dar un paseo para que la espera se haga más corta; mientras, se cruza con parejas de enamorados, ancianos, personas cuya edad y apariencia son indefinidas; otros parecen tan despistados como ella, van buscando la puerta que les deje en tierra firme. Sigue cantando.

Por fin suena la melodía de su móvil. Acaba de recibir un mensaje. "Estamos todos. Te esperamos con alegría. Nos vemos enseguida. Besos". Se acerca a la pasarela de salida. Desde allí puede ver a parte de su familia, han venido a recibirle sus padres y sus abuelos. El corazón le palpita, está contenta, feliz por un reencuentro anhelado; y sonriendo les devuelve el saludo.

Comienza el viaje a su nueva vida, dejando atrás el pasado que ya no importa. Y fiel a la tradición, abandona a Caronte, tras haberle pagado el óbolo exigido por la travesía.

La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

Uno más uno

 

Lloro con tu dolor,

sufres cuando padezco,

duele cuando tu mirada se pierde

en el bucle de la angustia.

Apoyo cuando caes,

ríes cuando me levanto,

aplaudo tu mirada limpia

sin presencia de temor.

Oportunidad llena de perspectivas,

de alegrías, de sueños y fantasías,

invitación a ser uno más uno,

el resultado de la ecuación, ¿será dos?

Miradas inconclusas e infinitas,

caminos entrecruzados y eternos,

momentos saboreados sin cesar

en una vida contigo, mi compañero de alma, vida y amor.

La imagen estás sacada de internet y desconozco quién es su autor.

Tras la tormenta

¿Qué ventura puede traer el ruiseñor en la mañana?

Qué preciado recado para alegrar el día

de un corazón enlutado, triste y acontecido,

rumiando sus pesares, escondido tras el parapeto

de una mirada fría, que da cobijo

a sus hondos penares.

El sol salió a la alborada.

Pasos perseguidos, nunca alcanzados.

Quedó presa del dolor, de la pena.

En la torre encelada, resquebrajada,

se mostró su faz enjuta y carcomida,

arrebatada por un abandonado corazón.

Se marchó tras la tormenta,

rayos y centellas inundaron su congoja.

No se amilanó tras la pérdida

de un amor sin esperanza.

Al levantar la mirada,

en sus ojos reía, el sol del mediodía.

La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

Amando a cada instante

Sentir nos lleva a amar,

amar nos lleva a sentir,

a vivir y morir en un solo instante,

donde nada es lo que parece,

donde todo se desvanece,

para resurgir paciente,

anhelante, deseoso

de un tiempo estable,

inmutable adormecido,

de sonrisas embriagado

y emociones susurrantes.

La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

Once palabras, once líneas, once versos. Poema.

Mos, desde su blog, Mos en la orilla propone un juego divertido, Once palabras, Once Líneas, Once Versos la creación de un relato o poema que contengan once líneas o versos y éstas once palabras:

1) Máscara.  2) Mañana.  3) Credo.  4) Retrato.  5) Apenas.  6) Disparo.  7) Rebelde  8) Niebla.  9) Quebrada.  10) Golpe.  11) Pensamiento.

Aquí está mi propuesta,

Ambiente apenas vislumbrado

por la niebla camuflado,

cuando un disparo rebelde,

avisó de un golpe traicionero.

El pensamiento enlutado,

un credo olvidado,

una familia quebrada,

corazón enfrentado sin tregua.

A la mañana cayó la máscara,
colgada en el retrato iluminado,

donde la verdad desnuda apareció.

La foto está tomada del blog de Mos y desconozco quién es su autor.