Men del blog, A mi manera amanece, es un referente en crear nuevas versiones de cuentos tradicionales. Ha versionado ya varios y siguiendo su iniciativa, he decidido unirme a su idea. Esta vez, el cuento elegido es el de Cenicienta, dentro de la sección " ... los cuentos ya no son lo que eran".
Toda una vida dedicada a los demás, planchando, cosiendo, reparando lo que estaba estropeado o roto, llevando la administración de la casa, le había enseñado a ser una mujer todoterreno. No le asustaban las dificultades, tampoco le gustaban pero tenía claro que no debía huir de ellas.
Decidió ser independiente, valerse por si misma. Los demás, personas cercanas y familia, acaparadores y egoístas, le decían que no podría, que sus sueños, solamente eran fantasía y pura imaginación. El chantaje emocional, no ocasionó ninguna herida, tampoco rencor. Le concedió la importancia que tenía, ninguna.
Le temblaban las piernas, tenía taquicardia y le faltaba el aire para respirar, pero por fin podía ver cumplido uno de sus sueños. Acababa de inaugurar su tienda de ropa, diseñada y confeccionada por ella misma. Un día, recibió la llamada de una prestigiosa revista de moda, solicitando una entrevista. Querían que ocupara la portada, que contara cómo había conseguido convertir su nombre en una marca de renombre, de diseños originales, únicos, realizados con telas recicladas, ecológicas, llenas de retales y zurcidos. Todo un éxito.
Cenicienta, contempló la portada de la revista. En su cara había una sonrisa relajada y tranquila, dirigiéndose a una foto familiar, habló con el corazón y exclamó, "gracias por ayudarme a ser quién soy; sin vosotros, no lo hubiera conseguido jamás. Gracias por ayudarme a ser yo misma". Elevó la copa que tenía en la mano y brindó con ellos.